martes, 22 de febrero de 2011

Alan Watts - Conversaciones conmigo mismo

Alan Wilson Watts (6 de enero de 1915 – 16 de noviembre de 1973) fue un filósofo británico, siendo también editor, sacerdote anglicano, locutor, decano, escritor, conferenciante y experto en religión. Se le conoce sobre todo por su labor como intérprete y popularizador de las filosofías asiáticas para la audiencia occidental.
Escribió más de veinticinco libros y numerosos artículos sobre temas como la identidad personal, la verdadera naturaleza de la realidad, la elevación de la conciencia y la búsqueda de la felicidad, relacionando su experiencia con el conocimiento científico y con la enseñanza de las religiones y filosofías orientales y occidentales (budismo Zen, taoísmo, cristianismo, hinduismo, etc.)
Alan Watts fue un conocido autodidacta. Becado por la Universidad de Harvard y la Fundación Bollingen, obtuvo un máster en Teología por el Seminario teológico Sudbury-Western y un doctorado honoris causa por la Universidad de Vermont, en reconocimiento a su contribución al campo de las religiones comparadas.










"Somos un haz de luz o una colección de diferentes percepciones que se suceden con una inconcebible rapidez, y que están en un flujo y un movimiento perpetuo."

"Porque nada lo detiene, el curso de las emociones adquiere una cualidad particular de libertad, o "vacuidad", que los Taoistas y los Budistas denominan "ausencia de Ego", "no-mental", donde las reacciones naturales se suceden sin obstáculos, "como un corcho que flota sobre el curso del agua."

"Dar curso libre al sentimiento, es observarlo sin interferencia, considerarlo sin nombrarlo; es reconocer que su movilidad prohíbe comprenderlo en términos estáticos, lo que excluye igualmente juzgarlo según el bien y el mal."

"Considerada de esta forma la complejidad desconcertante de la naturaleza se vuelve una danza, sin otro objetivo que las figuras ejecutadas. Tomada de la ilusión del tiempo y de la finalidad, la danza y el ritmo extático de las cosas están ocultas, y aparecen como una caza, una lucha contra el retraso y el obstáculo. Una vez reconocido el no sentido último de esta caza, el espíritu se calma y percibe el ritmo del cosmos; descubre que la intencionalidad (intemporal) del proceso alcanza su fin a cada instante."

"Cuando el espíritu resbala a ocultas en una actitud receptiva, llega a ser gratificado de una percepción "mágica" del mundo. Las impresiones afectan los espíritus agitados y perpetuamente en búsqueda de algo y se hallan infelices interferidos por la velocidad a la cual ellos las reciben, si bien el ritmo de las formas del mundo pasa desapercibido, y que sus colores parecen aplanadas y sin irradiación interior."

"La existencia del sabio es una vida que se abandona sin cálculo al presente."

"Al mismo momento en que se desea coger el instante presente que pasa afín de sacar algo, éste parece escaparnos.
Quien sea que busca sacar algo de su experiencia presente se encuentra separado por esta misma: es sujeto, y ella es objeto. No ve que el ES esta experiencia, y que esforzarse de sacar algo viene a ser perseguirse a sí mismo."

"Si bien todas las cosas resuenan en el espíritu, el espíritu debería queda como si no hubiera jamás resonado a las cosas, éstas no deberían quedar en él."

"El punto mas elevado que un hombre puede alcanzar es la sorpresa. Cuando un fenómeno originario suscita en él sorpresa, se debe estimar satisfecho. Nada más grande puede serle concedido, no podría buscar más allá."

"Definir significa fijar y, en última instancia, la verdadera vida no es fija ni estática."

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