viernes, 4 de marzo de 2011

Historia Zen: El gran maestro

Dos discípulos avanzados de un maestro Zen discutían sobre el camino de práctica correcto. Como no podían resolver el conflicto, acudieron al maestro, que estaba sentado con un grupo de estudiantes Zen.

El primero de los discípulos habló del camino del esfuerzo, y dijo:

- Maestro, ¿no es cierto que hemos de hacer un esfuerzo total para abandonar nuestros viejos hábitos y modos inconscientes? Hemos de hacer un gran esfuerzo para hablar con honradez, ser atentos y estar presentes. La vida espiritual, el satori, no se produce por casualidad, sino poniendo todo nuestro esfuerzo en la tarea.

- Tienes razón, contestó el maestro.

El segundo discípulo se extrañó y dijo:
- Pero maestro, ¿no es el verdadero camino espiritual el de soltar, entregarse y dejar que el Tao, lo divino se exprese? No es mediante el esfuerzo que progresamos, nuestro esfuerzo solo se basa en el apego y en nuestro ego. La esencia de la vida espiritual es vivir de acuerdo a la frase: Hágase tu voluntad, no la mía. ¿No es ese el camino?

- Tienes razón, exclamo de nuevo el maestro Zen.

Todo esto son paparruchas, nada de todo eso existe! Solo existe en vuestra mente, proclamo un tercer discipulo.

- Tienes razón, volvió a repetir el maestro Zen.

- Pero maestro, los tres no pueden tener razón, dijo un principiante que escuchaba.

Y el maestro sonrió y dijo:
- Tú también tienes razón.

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