lunes, 25 de abril de 2011

Osho habla sobre el tantra 3

El tantra dice que seas real, que seas auténtico. Tu felicidad no es mala; es buena. iNo es pecado! Sólo la tristeza es pecado, sólo ser desdichado es pecado. Ser feliz es una virtud, porque una persona feliz no creará desdicha en los demás. Sólo una persona feliz puede ser una base para la felicidad de los demás.



En segundo lugar, cuando digo que el tantra no es ni moral ni inmoral, quiero decir que el tantra es básicamente una ciencia. Te mira a ti, a lo que eres. Eso significa que el tantra no está tratando de transformarte, sino que de hecho te transforma por medio de la realidad. La diferencia entre la magia y la ciencia es la misma que entre la moralidad y el tantra. La magia también trata de transformar las cosas simplemente por medio de palabras, sin conocer la realidad. El mago puede decir que ahora pararán las lluvias; no puede pararlas realmente. O puede decir que llegarán las lluvias; pero no puede comenzarlas; sólo puede seguir usando palabras.



A veces habrá coincidencias, y entonces se sentirá poderoso. Y si la cosa no va a suceder según su profecía mágica, siempre puede decir: «¿Qué ha ido mal?». Esa posibilidad siempre está oculta en su profesión. Con la magia todo comienza con «si». Puede decir: «Si todos son buenos, virtuosos, entonces las lluvias llegarán en tal día». Si las lluvias llegan, está bien; si las lluvias no llegan, entonces «todos no son virtuosos; hay alguien que es un pecador».



Incluso en este siglo, una persona como Mahatma Gandhi podía decir, cuando había hambre en Bihar: «Es por el pecado de la gente que vive en Bihar por lo que ha llegado el hambre.» iComo si el mundo entero no estuviera pecando; sólo Bihar! La magia empieza con «si», y ese «si» es magno y grande.



La ciencia nunca empieza con «si», porque la ciencia primero intenta conocer qué es real: qué es la realidad, qué es lo real. Una vez que lo real es conocido, puede ser transformado. Una vez que sabes qué es la electricidad, puede ser cambiada, transformada, usada. Un mago no sabe qué es la electricidad. ¡Sin conocer la electricidad, va a transformarla, está pensando en transformarla! ese tipo de profecías son simplemente falsas: ilusiones.



La moralidad es igual que la magia. Sigue hablando del hombre perfecto, sin saber qué es el hombre, el hombre real. El hombre perfecto sigue siendo un sueño. Lo usa para condenar al hombre real. El hombre nunca lo alcanza.



El tantra es ciencia. El tantra dice que primero sepas qué es la realidad, qué es el hombre, y no crees valores y no crees ideales ahora mismo; primero conoce lo que es. No pienses en el «debería»; piensa sólo en el «es». Y una vez que se conoce el «es», entonces lo cambias. Entonces tienes el secreto.



Por ejemplo, el tantra dice que no trates de ir contra el sexo, porque si vas contra el sexo e intentas crear un estado de brahmacharya, celibato, pureza, es imposible. Es simplemente mágico. Sin saber qué es la energía sexual, sin saber qué constituye el sexo, sin profundizar en su realidad, su secreto, puedes crear un ideal de brahmacharya. ¿Qué harás entonces? Simplemente reprimirás. Y una persona que está reprimiendo el sexo es más sexual que una persona que se está entregando a él, porque mediante la complacencia la energía se libera. Mediante la represión, sigue ahí, entrando en tu sistema continuamente.



Una persona que reprime el sexo empieza a ver sexo por todas partes. Todo se vuelve sexual.



No es que todo sea sexual, sino que ahora él proyecta. iAhora él proyecta! Su propia energía oculta, ahora es proyectada. A cualquier parte que mire verá sexo, y como está condenándose a sí mismo, empezará a condenar a todo el mundo. No puedes encontrar un moralista que no esté condenando violentamente. Está condenando a todo el mundo; le parece que todo el mundo está en el error. Entonces se siente bien, su ego está satisfecho. ¿Por qué está todo el mundo en el error? Porque ve en todas partes lo mismo que él está reprimiendo. Su propia mente se volverá cada vez más sexual, y cada vez tendrá más miedo. Este brahmacharya es una perversión, es antinatural.



Al seguidor del tantra le sucede una cualidad diferente, un tipo diferente de brahmacharya, pero el proceso es totalmente, diametralmente opuesto. El tantra primero te enseña a entrar en el sexo, a co­nocerlo, a sentirlo, a llegar a la posibilidad más profunda que hay oculta en él, al clímax, a descubrir la belleza esencial, la felicidad y la dicha esenciales que están ocultas en él.



Una vez que conoces el secreto, puedes trascenderlo, porque, en realidad, en un profundo orgasmo sexual no es el sexo lo que te da dicha, sino otra cosa. El sexo es sólo una situación. Otra cosa te está dando la euforia, el éxtasis. Esa otra cosa puede ser dividida en tres elementos. Pero cuando hablo de estos elementos, no pienses que puedes comprenderlos simplemente con mis palabras. Deben volverse parte de tu experiencia. Como conceptos, son inútiles.



Debido a estos tres elementos, llegas a un momento de dicha en el sexo. Estos tres son, en primer lugar, la intemporalidad: transciendes completamente el tiempo. No hay tiempo. Te olvidas completamente del tiempo; el tiempo cesa para ti. No es que el tiempo cese, sino que cesa para ti; no estás en él. No hay pasado, no hay futuro. En este mismo momento, aquí y ahora, está concentrada toda la existencia. Este momento se vuelve el único momento real. Si puedes hacer que este momento sea el único momento real sin el sexo, entonces no hay necesidad de sexo. Sucede por medio de la meditación.



En segundo lugar, en el sexo por primera vez pierdes tu ego, te quedas sin ego. De modo que todos los que son muy egotistas, siempre están en contra del sexo, porque en el sexo tienen que perder sus egos. Ya no estás, ni tampoco el otro. Tú y tu amado se pierden en otra cosa. Surge una nueva realidad, surge una nueva unidad en la que los dos que había se han perdido, perdido completamente. El ego tiene miedo. Ya no estás. Si puedes llegar a un momento sin sexo en que ya no estés, entonces no hay necesidad de sexo.



Y en tercer lugar, en el sexo eres natural por primera vez. Lo irreal se pierde, los rostros, las fachadas se pierden; la sociedad, la cultura, la civilización, se pierde. Formas parte de la naturaleza. Igual que los árboles, igual que los animales, igual que las estrellas, formas parte de la naturaleza. Estás en algo mayor: el cosmos, el Tao. Estás flotando en él. Ni siquiera puedes nadar en él; tu no existes. Simplemente estás flotando: eres llevado por la corriente.



Estas tres cosas te proporcionan el éxtasis. El sexo es sólo una situación en la que sucede natu­ralmente. Una vez que conoces y una vez que puedes sentir estos elementos, puedes crear estos elementos independientemente del sexo. Toda meditación es esencialmente la experiencia del sexo sin sexo, pero tienes que pasar por él. Debe llegar a formar parte de tu experiencia; no ser tan sólo conceptos, ideas, pensamientos.



El tantra no es para el sexo; el tantra es para trascender. Pero sólo puedes trascender por medio de la experiencia -experiencia existencial-, no por medio de la ideología. Sólo mediante el tantra sucede el brahmacharya. Esto parece paradójico, pero no lo es. Sólo por medio del conocimiento sucede la trascendencia. La ignorancia no puede ayudarte a alcanzar la trascendencia; sólo te puede ayudar a llegar a la hipocresía. - Osho - (Continúa mañana...)

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